Michael Spoor y Alfonso Morante -CEO y CFO de Ocho Sur, respectivamente- explican el crecimiento de la empresa de palma aceitera, impulsado por la mayor productividad de sus plantas y el favorable contexto internacional.
¿Cuál es la dimensión de sus operaciones?
Michael Spoor (MS): Venimos a Perú en el 2016 y compramos dos fundos en Ucayali en una subasta pública. En total, tenemos 12 mil hectáreas, de las cuales 10 mil ya estaban sembradas con palma aceitera. A la fecha hemos invertido casi US$150 millones para mejorar la productividad de los cultivos y construir una planta de extracción valorizada en US$20 millones. En el 2021 producimos más del 50% de las exportaciones de Ucayali y somos el empleador formal más grande de la región.
¿De qué tamaño es el mercado de palma aceitera en el Perú?
Alfonso Morante (AM): Todavía el cultivo de palma es muy pequeño, aproximadamente 90 mil hectáreas, muy por debajo del café, arroz y cacao. Colombia tiene 500 mil hectáreas sembradas y Ecuador, 250 mil.
¿Buscarán ampliar su número de hectáreas sembradas?
MS: No nos hemos expandido y no tenemos planes de hacerlo. Estamos abocados en crecer en productividad, generar mayores eficiencias y automatizar nuestra planta. En el 2021 producimos 180 mil toneladas, 18 toneladas de rendimiento por hectárea por año y este año esperamos alcanzar 210 mil toneladas dado que la palma entra a su etapa de mayor productividad. El objetivo es alcanzar 250 mil toneladas en dos o tres años más.
¿Cómo se refleja el aumento de la producción en su facturación?
AM: En el 2021 facturamos US$50 millones, y en el 2022 esperamos alcanzar los US$61 millones, aunque posiblemente sea mucho más a juzgar por la evolución de los precios a partir de la coyuntura internacional. A comienzos del 2022 la tonelada métrica cotizaba en US$1200, hoy está en US$1,710.
Si la coyuntura internacional juega a su favor, y sus plantas están alcanzando altos niveles de productividad, ¿por qué no expandir la cantidad de hectáreas sembradas?
AM: Es un tema complicado. La zonificación en la región no está terminada y la empresa ha decidido que todas sus operaciones deben estar enfrascadas en un marco de sostenibilidad muy rígido. Estamos enfocados en trabajar con los pequeños agricultores. La empresa no puede ser un actor que propicie la deforestación. Si hubiera una oportunidad de agregar un espacio ya intervenido en el que se pueda trabajar, habría que analizar el caso puntual.
¿Esto responde a mejorar su relación comunitaria tras las denuncias relacionadas a la consulta previa?
MS: No tenemos ningún conflicto, las comunidades están felices de tenernos como vecinos porque somos un socio en el desarrollo sostenible y la mejora de sus estándares de vida.
Hay una ausencia de regulación clara y ordenamiento territorial, es difícil expandirnos sin una hoja de ruta clara entre autoridades y empresa privada. Mientras no se logren esos consensos, preferimos aliarnos con agricultores que quieren entrar al cultivo de palma en Ucayali.
¿Entonces, las denuncias han sido zanjadas?
AM: Hay organizaciones de fuera de la región que buscan cultivar conflictos y generar noticias de empresas contra comunidades que son falsas.
¿Cuáles son sus perspectivas de inversión al 2022?
AM: Tenemos un capex de más de S/35 millones. Estamos invirtiendo en nuestro molino para duplicar la capacidad de 45 toneladas por hora a 90. Es algo que lograremos en los próximos dos a tres años. También estamos adquiriendo una caldera, y este año arrancamos con la fase dos del proceso de automatización de la planta. Tenemos compras importantes de vehículos y maquinaria, así como mantenimiento de vías ya que contamos con más de 200 kilómetros de caminos internos.
Fuente: Semana Económica
