17 de diciembre del 2020
El centro poblado Esperanza se encuentra ubicado en el distrito de Nueva Requena, a 20 minutos de los fundos de Ocho Sur. No tenía servicio de energía eléctrica hasta el año 2016, cuando un importante proyecto de inversión pública, que también benefició a la comunidad de Progreso, finalmente se volvió realidad.
Juan Amasifuen Ynuma, exalcalde de Esperanza, recuerda para Historias Ocho Sur, cómo se llevó a cabo este hito en la historia de este pujante pueblo de agricultores de palma, cacao y maíz.
Primero, explica que a la comunidad le tomó dos años desarrollar este proyecto junto a la Municipalidad Provincial de Coronel Portillo y Electro Ucayali, con un presupuesto de cerca de 150 mil soles.
Cuando el contratista que ganó aquella licitación empezó sus trabajos, se encontró con un problema que nadie había identificado hasta ese momento: el río Aguaytía. No se habían considerado los costos de transporte de los postes de cemento de un lado al otro del río.
El proyecto entero tambaleó; y, tanto en la comunidad de Esperanza como en la de Progreso, creció el temor que no se hiciera realidad el tan ansiado sueño de llevar luz a sus hogares, que por tanto tiempo se había sido postergado.
El costo para llevar los postes bordeaba los 15 mil soles por embarcación y se requerían aproximadamente 5 viajes, nos cuenta Juan. “Nosotros le solicitamos a Ocho Sur que nos apoyara con sus balsas y sus maquinarias para hacer llegar esos postes, y no dudaron en hacerlo, fue así como empezamos”.
Incluso, Juan menciona algo que le sorprendió mucho en aquel momento: “Dejaban de hacer cruzar sus carros para permitir que cruzáramos nuestros postes a cualquier hora del día”.
El apoyo que la empresa brindó en aquel momento no se limitó al cruce de los postes; con la maquinaria pesada de Ocho Sur se dio mantenimiento a un camino paralelo al puente que une Progreso y Esperanza, para que pudieran cruzar los camiones hasta el punto más alejado del proyecto.
“Pedimos apoyo para ese cruce y al día siguiente llegaron con sus máquinas. Pusieron material, enripiaron y, así, le dieron pase a las grúas y camiones”, nos cuenta el exalcalde mientras nos muestra orgulloso el medidor de luz instalado afuera de su hogar.
“Gracias a ellos este trabajo se pudo realizar, lo hicimos de la mano. Por eso, como exautoridad, estoy muy agradecido con Ocho Sur. Sin su apoyo seguro se caía el proyecto, pero la empresa se hizo presente diciendo ‘aquí estamos’ y sacamos el proyecto adelante”, afirma Amasifuen.
Esta historia del 2016 sigue hasta la fecha. La relación entre el centro poblado Esperanza y el Grupo Ocho Sur continúa más fuerte que nunca.
Así, por ejemplo, la empresa sigue prestando sus embarcaciones para que el Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (FONCODES), del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, pueda concretar distintos proyectos en Esperanza y otras comunidades vecinas.